Seguramente has notado al cargar a tu bebé frente a un espejo que su curiosidad es inmensa al mirar su reflejo, pero ¿por qué pasa esto?
El “amor” de tu hijo o hija por los espejos, abarca entre los 6 y los 18 meses de edad. En esta etapa es capaz de percibir su imagen corporal completa. Antes, él o ella no había visto nunca su cara, ni su cuerpo entero, sino que había contemplado parcialmente partes del mismo, como sus manos, pies, piernas.
Además de lograr su imagen completa, normalmente, es acompañado por su mamá. Lo que genera que el niño pueda compararse con la persona que lo acompaña y, entonces, se ve por separado y procesa su propia imagen.
El total reconocimiento llega un proceso secuencial que se consolida entre los 12 y los 18 meses de edad. Antes, el espejo, sirve como distracción y juego, intentando alcanzar “al otro niño” que le miraba detrás del cristal.
Lo anterior explica por qué les gusta su reflejo en el espejo.
Beneficios de los espejos para bebés